La Misericordia - no hay fuerza capaz de pararla.
En medio del dolor, las necesidades de los pobres se vuelven más apremiantes. Ahí está la Iglesia silenciosa, la que no se oye ni busca reconocimiento, con su labor callada en todo el mundo dándolo todo para que los que menos tienen vean aliviada un poco su situación en esta crisis. La Misericordia no ocupará portadas, pero no hay fuerza capaz de pararla