La madre Paloma, Superiora General de las Madres Desamparados, fue la encargada de las primeras palabras de bienvenida, que junto al resto de madres sentían una gran alegría y emoción por recibir en su casa a la protectora de su congregación y del cual lleva su nombre.

La visita coincidía con la festividad de la Beata Petra de San José de la Montaña, religiosa española fundadora de la congregación, y beatificada por San Juan Pablo II en el año 1994.

La Congregación de Madres de Desamparados —como se llamó primitivamente— nació el 25 de diciembre de 1880. El Obispo de Málaga, don Manuel Gómez Salazar, fue la mediación elegida por Dios para comunicar a Ana Josefa, en la noche misma de la Navidad, los designios de Dios sobre ella y sobre sus compañeras: Hijas, habéis nacido con el Niño Jesús…, les dijo. E, incluso, les sugirió el nombre de la Congregación, Madres de Desamparados. El día de su profesión anual -2 de Febrero de 1.881- cambió el nombre de Ana Josefa por el de Petra de San José.

Durante todo el fin de semana, la imagen peregrina de la Mare de Déu estuvo junto a sus hijas, las Madres Desamparados, momentos de encuentro y oración, vigilia de jóvenes, rosario y una eucaristía, todo en unión con Dios y la Virgen María en unos días tan importantes y de gozo y gran alegría.

Dichosa tú, alma pobre, que viviste de su amor.